Diario Información, Elda, 14 Septiembre 2012:

PÉREZ GIL
El río Vinalopó se ha secado en Elda. El agua ha dejado de fluir en los seis kilómetros que van desde la partida de Agualejas, donde acaba el cauce hormigonado que atraviesa el casco urbano, hasta la partida rural de la Jaud, en el término limítrofe con Monóvar, más allá del polígono industrial Finca Lacy. Donde meses atrás había un rico y singular ecosistema de flora y fauna acuática ahora ya no queda nada, sólo un secarral. Las razones son varias. La falta de lluvias en un año especialmente seco, la histórica sobreexplotación que vienen sufriendo los acuíferos subterráneos de la comarca y la falta de un caudal ecológico estable, que garantice un aporte mínimo al cauce del Vinalopó de las aguas residuales previamente tratadas en las depuradoras de Villena y Elda.
Una medida ésta última que, al no estar regulada por ley ni controlada por la Confederación Hidrográfica del Júcar, permite a los agricultores del Alto y Medio Vinalopó solicitar cuantos hectómetros cúbicos necesitan para regar sus campos. Cultivos de viña y almendro en el caso de Villena y de uva de mesa para Monforte del Cid en lo que respecta a la planta de Elda, que también depura las aguas residuales de Sax, Petrer y Monóvar.
Pero el problema no es nuevo. En junio este diario ya se hizo eco en sus páginas de las advertencias que lanzaba la Asociación Encuentros del Vinalopó, el colectivo de ámbito provincial que vela por la defensa, concienciación y puesta en valor del río en sus vertientes natural, social, cultural, etnológica, económica, lúdica y turística.
Los ecologistas ya decían antes del verano que el Vinalopó se estaba secando a marchas forzadas a su paso por Elda, donde apenas llevaba ya agua en junio, y se asemejaba a una "acequia de riego". Tres meses más tarde los responsable de esta asociación creen que el problema se va a agravar y que el Vinalopó va a terminar convirtiéndose en una rambla seca en muchos de los tramos donde todavía hoy corre el agua.
Se atreven, incluso, a ponerle al río como "fecha de caducidad" diez años. Para los miembros de la Asociación Encuentros del Vinalopó la única solución pasa por acabar con la sobreexplotación de los pozos y obligar a las depuradoras a que arrojen parte de sus aguas tratadas al cauce. Cosa que en los casos de Elda y Villena sólo se hace, según indican los ecologistas, en las estaciones de otoño e invierno cuando cesa la demanda agrícola para riego.
Y pese a ello la naturaleza, que es sabia y caprichosa, se resiste a abandonar el Vinalopó. Prueba de ello es que, en el último año, se han descubierto en el río tres especies que se creían extinguidas: el pez Fartet, el galápago Leproso y el anfibio Tritón. Paradojas de la naturaleza.